viernes, 5 de septiembre de 2008

ANOCHE

ANOCHE

Anoche
Amé su cuerpo
y encendí en su corazón una llama
Su ardiente piel vistió la fría desnudez de mi cama
Sacié mi sed infinita en la fresca bahía de su alma Sus piernas eran rutas de placer
hacia la flameante humedad de sus adentros
Con mis manos de alfarero cultivé caricias en su blanca llanura
mientras ella cabalgaba desnuda sobre el duro filo de mi daga

Sembré ternura en sus labios que tenían el color del atardecer
Y después, !ay! después yacía inerte sobre la blancura inmaculada de mi almohada

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